7 ene 2013

AMOR Y DOLOR SIN PERDER LA ESPERANZA- TRES- REYES MAGOS- 06 DE ENERO DE 2013


MENDIGOS

Frío inhóspito de corazones que deambulan
 en el selvático asfalto 
 quizás con techo y con lumbre...
Pero también solitarios.

Son las miradas perdidas.
 Las prisas de los atávicos que se pierden 
en las sombras de sus vidas.

Él tiene manta y apoyo.
 Se abraza al menos
 y es mucho  mas que el oprobio de quienes pasan sin ver 
o ni siquiera saber...por temor y por vergüenza.

Imagen que da poder a quien sufre. Y debilita 
a que eso se permita en nuestra "humana " conciencia
 deficiente en empatía o en solitaria impotencia.

Frío, frío, frío, frío...
 Salvo ése abrazo cálido a si mismo que muchos jamás reciben.
 Frío, frío, frío....solo en el banco y la calle.
 Y en corazones dormidos.


 es lo “feo” de la vida que se ve  y no se mira
al menos, él tiene testigos.

 Hay otros como icebergs que se esconden  en casonas
 y ahí mueren sin que se sepa ni perciba su existencia.

 Hay frío..., sí...mucho frío...
Con o sin techo: mendigos.

 Para los que pasan sin verte. 
 Para los que nadie mira.
Para los que  están despiertos
 llevando mantas y abrigos:

MENDIGOS DE AMOR.
 MENDIGOS.
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NIEVES MERINO GUERRA
 05-01-2013
GRAN CANARIA- ESPAÑA

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POETISA

Poetisa de mar en calma
 o de olas bravías que encienden nuestro lamento.

Sonrisas y tragedias encierras en tus poemas
donde el alma se arranca en pedazos 
en el sentir del poeta. 

 ¡¡ Qué difícil definirlo!!
Es eso y más…Mucho mas...
 Que se intuye y nos deleita en cada promesa firme,
 cada esperanza y sueños. Cada momento dulce
o amargo como la hiel. Vacíos y desamparos.
Alegrías que iluminan  mixturadas con estrellas 
o llantos que van quedando entre las flores muertas.


Tú, poetisa, has inspirando lo que creía imposible.

Arrancándome unos versos en mi silencio cansado 
y en mi cansancio callado donde emociones se mezclan 
entre temor y esperanza. Valor, voluntad y desiertos yelmos.

Todo un símbolo que expresas en versos que vas hilando 
pacientemente en la rueca de ésta vida desafiante que perdura
más allá de las estrellas, de la luna, de los ciclos y avatares
que se empecinan y emborrachan los sentires que, avizor,
desde el timón que se ciñe a la cintura y se abalanza 
como intrépido estandarte hacia horizontes lejanos 
de otros mundos, circunstancias… entre tormentas 
y calmas. Ardor, pasión. Dolor y ternuras.
Amor al fin
tu avalancha.
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NIEVES MERINO GUERRA
 GRAN CANARIA- ESPAÑA
 05-01-2013
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LÁGRIMAS Y PALABRAS
Aun entre capas espesas
de oscuras nubes que nublan
el camino y la esperanza
son palabras ahogadas que expresan 
las emociones del alma 
y el grito que se atraganta 
bebiendo lágrimas yermas
que aun así, siempre aman
a pesar de su verdad, claridad
y grandeza.
El viento las va secando.
La aurora con el rocío
vuelve a llenar la esperanza.

Es su verdad. Es su amor.
 Su penitencia...
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Nieves Merino Guerra
 Gran Canaria- España
 03-01-2013
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DIOS ES UN GENÉRICO
Voy a decir lo que sigue en voz baja y a escribirlo con lápiz y letra pequeña para que quede entre nosotros: me parece que Dios es un genérico. Voy a repetirlo de otra manera aún más discreta para evitar posibles represalias mafiosas de alguna  multinacional farmacéutica: Dios ha elegido estar entre nosotros en formato de genérico. En vez de incorporar el principio activo y la biodisponibilidad  de su presencia  a alguna corporación reconocida y poderosa (fariseos,  sacerdotes o escribas que  eran entonces las Bayer,  Merck o Roche de hoy), prescindió de la protección de sus patentes y, para  estar al alcance de todo el mundo, corrió el riesgo de comercializarse a precio ínfimo y con margen cero de beneficio. (Si a alguien le escandaliza esto de la comercialización, le recuerdo aquella antiquísima antífona de la liturgia navideña que llama a la encarnación  admirabile commercium entre Dios y nosotros).
Hoy resulta decisivo el lanzamiento promocional de lo que sea: un medicamento, un famoso, una película o un libro y de cómo se haga esa campaña dependerá la clave de su éxito y su prestigio futuro. Se supone que para promocionar el “evento Jesús” habría  que cuidar al máximo las estrategias: cuál iba a ser la población diana, qué  emociones despertar, qué sueños poner en marcha, cómo presentar sus rasgos más seductores y lo más impactante de su mensaje.
Al evangelista  Lucas le tocó hacer de cronista de la campaña y dada la rareza de las cosas que pasaron, va preparando poco a poco a los lectores para que no se le desquicien: presenta primero al venerable Zacarías con todos los atributos y cachiperres  de la más rancia estirpe: de casta sacerdotal, residente en Jerusalén,  con su barba y su incensario y oficiando solemnemente en el templo. A continuación aparece María, genérica total,  diminuta e insignificante: joven, pueblerina y domiciliada en una aldea perdida de Galilea,  comarca cuajada de indignados y de rebeldes anti-sistema. Pero, mira por dónde, es ella y no el honorable Zacarías la inundada de gracia y la elegida para vivir a la sombra del Espíritu; es ella la primera en escuchar el nombre  de Jesús y la invitada a presenciar y participar en la primera mañana de la nueva creación. Ya empiezan a descolocarse las cosas para nuestros ordenados criterios.
Luego llegó la “operación lanzamiento” del Dios-con-nosotros. Qué desatinado y desconcertante resultó su diseño: por qué Belén, por qué un pesebre en una cuadra;  por qué en medio de la oscuridad y el anonimato de la noche. Por qué en la peor franja horaria en vez de en el cenit  resplandeciente del mediodía y la audiencia; por qué en el extrarradio y no en Eurovegas o en el World Trade Center de Jerusalén. Por qué recibieron su anuncio unos indocumentados y no la gente con glamour,  la clase docta, religiosa, pudiente y refinada, capaz de influir en el vulgo. Sin consultar al G8, ni a los lobbies de poder, al FMI  o al Banco Mundial.  Sin hacer un cálculo del daño irreparable que iba a sufrir la marca Emmanuel y de sus consecuencias en la reacción de los mercados.
Aquella noche fue un “especial genéricos”, destinado a los que nunca verán su foto en  el Huffington Post o en la revista Forbes; a los que nunca se sentirán aludidos al leer: “Marca la diferencia. Haz un master”, o “Acostúmbrate a sentirte único”, porque su destino no es ser ni diferentes ni únicos, sino rellenar estadísticas: el 25% en situación de riesgo, el tercio que no llega a fin de mes, los amenazados por desahucio o que ya han perdido la tarjeta sanitaria. 
Los signos de la gloria del Emmanuel serán también para ellos: apiñados en torno a Jesús le escucharán proclamarlos “dichosos”, probarán el mejor de los vinos en una boda de pueblo, se sentarán en la hierba y comerán sardinas y pan hasta saciarse.
Estaba con ellos el que no había retenido ávidamente su denominación divina de origen, el que se había despojado de todo prestigio, el que había elegido estar entre nosotros como uno de tantos, como el último del ranking. Y por eso recibió el Nombre sobre todo nombre y la Marca sobre toda marca.