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EN NARRATIVA BARROCA – EL ÁRBOL--Y POEMA ---EL CANTO DEL CISNE:
EL ARBOL
Nieves María Merino Guerra
(A partir del poema EL CANTO DE CISNE)
Mientras tú dormías, yo sembraba el aire con mi llanto denso. Y la tierra seca, se quedó anegada con tristezas largas. Solo fui un buen árbol que sombra te daba. Todo por amor, por amar, ¿odiada?, y por amor callaba. Un árbol bendito que te alimentaba, un árbol que amaba, que te conocía y te perdonaba. Un árbol que es vida y da vida en su savia y arrancas con rabia, con cruel desatino quemando sus ramas, dejando cenizas donde te acostabas. Abandono y sed. Me arrancas, me arrancas. Ni cuidas ni podas, ni riegas. Ni nada. Solo me destruyes, solo me rematas, arrancado el fruto no te valgo nada. Y siembras cizañas, las riegas, las mimas, las cuidas, abrazas. Rodeas mi árbol de veneno y trampas hasta que se ahoga entre malasaña. Arrancas raíces con crueles palabras, arrancas mi vida, arrancas mi alma de raíz, entera, para que así muera y me cortas, matas. Abonas cizañas, cuidas las pedreas, los yertos sin alma, la maldad vacía. Eliges la escoria, veneno, cizaña, y arrancas raíces del árbol que te ama. Le matas. Le quemas. Le rompes, le atrapas, le sesgas, le infectas. No cuidas al árbol, no abonas su cama ni podas sus restos ni cuidas su agua. Le robas sus frutos, su sombra, su savia, le robas su vida, destrozas su alma. Tu ira y crueldad, tus necias palabras llora todo el árbol y lloran sus ramas, sus frutos, su sombra, sus restos quebrados, sus flores ajadas, sarmientos y nidos. Lloro y llora lágrimas amargas mientras duermes. Siempre. Y llorando escarba en busca de alguna raicilla que lama las lágrimas tristes. Encuentra y recoge semillas amargas que se riegan solas con agua salada: son lágrimas secas, soledades hartas. Maltratos y horrores, torturas del alma. Lágrimas que vierte en su cama ajada sobre sus cenizas y ramas quebradas. Cenizas y cortes que son abrazadas. Abonos del hueco profundo y sembrado por semillas bravas. Vuelve a resurgir con más fuerza y ganas. Arrancaste el árbol, sus raíces, su alma. Arrancaste el fruto, su cobijo y sombra, su raíz temprana. Arrancaste vida. No te queda nada que valga la pena: solo tu cizaña, tus espinas, zarzas, ortigas y malas, malas hierbas que adoras y atrapas llenando tu vida de farsas que halagan. Mi canto es un llanto agónico, un adiós sin revancha que se eleva a los cielos como un árbol sin raíces, es mi voz que se aleja para siempre, desarraigada.
EL CANTO DEL CISNE
Sin alma. Sin sangre.
Lloraba amargura, tristezas, defraudes...
Lloraba bajezas, insultos cobardes.
Desprecios y burlas, egoísmo y fraude.
Veneno engreído siempre amenazante,
torturas mentales....
Mientras tú dormías, se helaba mi sangre.
Caía en despojos mi alma y mi carne
destrozada viva, matada, sesgada.
Mientras tu dormías, yo sembraba el aire
con mi llanto denso. Y la tierra seca,
se quedó anegada con tristezas largas.
Arrancas raíces con crueles palabras.
Arrancas mi vida, arrancas mi alma
de raíz, entera, para que así muera
y me cortas, matas.
Abonas cizañas, cuidas las pedreas,
los yertos sin alma, la maldad vacía.
Solo fui un buen árbol que sombra te daba.
Todo por amor.
(Por amar, ¿odiada?....)
¡Que te di mis frutos hasta apaleada,
que te di cobijo , mi calor y un hijo!.
Y por amor...callaba.
Un árbol bendito que te alimentaba.
Un árbol que amaba, que te conocía
y te perdonaba.
Un árbol que es vida y da vida en su savia
y arrancas con rabia, con cruel desatino
quemando sus ramas
dejando cenizas donde te acostabas....
Abandono y sed.
Me arrancas... Me arrancas...
Ni cuidas ni podas, ni riegas...
Ni nada.
Solo me destruyes, Solo me rematas.
Arrancado el fruto no te valgo nada
...Y siembras cizañas, las riegas,
las mimas, las cuidas, abrazas...
Rodeas mi árbol de veneno y trampas
hasta que se ahoga entre malasaña.
Aún sobrevivo por amor y gracia
Tu maldad resurge con nueva amenaza.
Locuras, crueldades, abandonos,
trampas, traiciones, orgullos,
vanidades vanas.
Chantaje, estrategia.
Manipulación malvada
estafando a todos.
Eliges la escoria, veneno, cizaña....
Y arrancas raíces del árbol que te ama.
Le matas.
Le quemas.
Le rompes, le atrapas,
le sesgas, le infectas...
Y aún te recreas en tu obra "magna".
No cuidas al árbol, no abonas su cama
ni podas sus restos ni cuidas su agua.
Le robas sus frutos, su sombra, su savia.
Le robas su vida, destrozas su alma.
Tu ira y crueldad, tus necias palabras
llora todo el árbol y lloran sus ramas,
sus frutos, su sombra,
sus restos quebrados,
sus flores ajadas, sarmientos y nidos.
Lloro
y llora lágrimas amargas
mientras duermes. Siempre.
Y llorando escarba en busca de alguna
raicilla que lama las lágrimas tristes.
Encuentra y recoge semillas amargas
que se riegan solas con agua salada:
son lágrimas secas, soledades hartas.
Maltratos y horrores, torturas del alma.
Lágrimas que vierte en su cama ajada
sobre sus cenizas y ramas quebradas.
Cenizas y cortes que son abrazadas.
Abonos del hueco profundo y sembrado
por semillas bravas.
Vuelve a resurgir con más fuerza
y ganas.
Arrancaste el árbol, sus raíces,
su alma....
Arrancaste el fruto, su cobijo y sombra,
su raíz temprana.
Arrancaste vida.
....No te queda nada que valga la pena:
solo tu cizaña,
tus espinas, zarzas, ortigas
y malas, malas hierbas
que adoras y atrapas
llenando tu vida de farsas que halagan.
Mi canto es un llanto de agónica marcha.
El canto de un cisne
melódico y triste con muerte anunciada:
Adiós sin revancha que eleva a los cielos
su oración.
Cansada.
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Nieves María Merino Guerra
GRAN CANARIA- ESPAÑA
2007-2012
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